Grafismo es aproximarse a la línea misma de la existencia. Esa línea que va grabando uno a uno instantes, pasos que al darse son ya pasado en su camino. El veloz respiro del instante que se esfuma y a la vez permanece con sus trazos. Los tonos suaves y en ocasiones apenas perceptibles de sus pinturas nos develan las capas superpuestas de la memoria y su profundidad. La lentitud del recuerdo transformado en líneas que se aproximan a la superficie y conforman la geometría interna del espíritu.